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La inversión en I+D en España ha aumentado, impulsada principalmente por empresas e instituciones privadas sin fines de lucro (IPSFL), alcanzando el 1,43% del PIB. No obstante, aún se sitúa por debajo de la media en la UE-27, que es del 2,15%. Las universidades, especialmente las públicas, son el principal agente de la producción científica y concentran el mayor número de investigadores. Estas son las principales conclusiones del Informe CYD.
Uno de los aspectos que el Informe CYD, de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, analiza es la situación de la I+D en España y el papel motor de la universidad en la generación de conocimiento. En el último año, se observa un crecimiento en la inversión y el peso de la I+D en el país, aunque las cifras aún quedan por debajo de la media de la OCDE y de la UE-27.
Las empresas y las IPSFL son las que más han impulsado la inversión en I+D, representando el 56,2% del gasto. Por su parte, la enseñanza superior (26,6%) y la administración pública (16,9%) han reducido su aportación. En el periodo 2019-2022, la I+D española ha mantenido una tendencia positiva en niveles de excelencia y colaboración internacional, aunque su liderazgo ha decaído.
En 2021, el gasto en I+D aumentó un 9,4% respecto al año anterior, alcanzando un total de 17.249 millones de euros. El gasto en I+D interna para las empresas fue de casi 9.696 millones, para las instituciones de educación superior 4.586 millones, para las administraciones públicas 2.910 millones y 56 millones para las IPSFL.
Ángela Mediavilla, responsable del gabinete técnico de la Fundación CYD, vincula este crecimiento al impacto positivo generado por la dotación de los fondos europeos. "La inversión en I+D en 2021, impulsada en buena medida por los fondos europeos Next Generation EU, ha continuado la tendencia de crecimiento del 2020. Esta tendencia positiva debería consolidarse en los próximos años, cuando no haya acceso a unos instrumentos de inversión de volúmenes similares, por lo que sería necesario planificar otros escenarios que den continuidad a estos niveles de inversión", afirma.
A pesar de este impulso, España sigue situándose entre los países que menos gasto dedican a la I+D: en 2021, el promedio de la UE-27 fue del 2,15% y el de la OCDE del 2,71%, frente al 1,43% de España.
El aumento de la inversión se refleja en el número de investigadores, técnicos y auxiliares de apoyo que trabajan a jornada completa, que creció un 21,26% respecto a 2016. Los sectores donde más se incrementó esta cifra fueron las empresas y las IPSFL (29,28%) y las instituciones de enseñanza superior (17,34%).
En 2022 se publicaron 120.614 trabajos científicos, lo que supone un crecimiento del 14,68% respecto a 2019. España mantiene la posición número 12 en producción científica a nivel mundial, con una tendencia positiva en términos de colaboración internacional y excelencia científica. Sin embargo, ha disminuido el porcentaje de producción en la que los investigadores españoles tienen una participación destacada y donde esa investigación es altamente reconocida por la comunidad científica internacional.
A nivel autonómico, Madrid es la primera región productora de conocimiento (29,94%), seguida por Cataluña (25,70%), Andalucía (17,89%) y la Comunidad Valenciana (13%).
El sector de la enseñanza superior juega un papel fundamental en la generación de conocimiento dentro del sistema de ciencia, tecnología e innovación. En España, durante el cuatrienio 2019-2022, las universidades han sido las principales generadoras de conocimiento científico, participando en el 77,5% de los trabajos publicados.
La inversión en I+D en la enseñanza superior se consolidó en 2021 con 4.586 millones de euros, un 9,16% más que en 2020. Las áreas que recibieron mayor financiación fueron ciencias sociales (25,84%), ingeniería y tecnología (22,79%) y ciencias exactas y naturales (19,04%). Las universidades públicas continúan destacando como principales ejecutoras de la I+D, con un 88,59% del gasto total frente al 8,07% de las universidades privadas.
Si se analiza el gasto en I+D por regiones, existen diferencias notables en el esfuerzo que realiza cada una. El País Vasco (2,32%), Madrid (1,93%), Cataluña (1,78%) y Castilla y León (1,37%) fueron las autonomías con un mayor gasto en I+D sobre el PIB a precios de mercado en 2021. Dentro de la educación superior, destacan la Comunidad Valenciana (0,50%), Andalucía (0,48%) y Murcia (0,46%), con cifras superiores a la media española (0,38% sobre el PIB). En el contexto internacional, el esfuerzo en I+D del sector de educación superior es menor que el de la UE-27 (0,47% sobre el PIB) y el de la OCDE (0,42% sobre el PIB).
La proporción de investigadores vinculados al sector de la educación superior en España se ha mantenido prácticamente inalterada entre 2016 y 2021, situándose en el 45,41%, un valor muy superior al promedio de la UE-27 (32,01%). De estos profesionales, un 43,79% son mujeres, alineándose con el promedio de los países de la OCDE.
Sin embargo, dentro del sector de la educación superior se detecta una segregación vertical en las cinco ramas de conocimiento: la proporción de mujeres en roles de técnicas y auxiliares es mayor que la de investigadoras. La diferencia es especialmente notable en ingeniería y tecnología, donde las investigadoras representaban el 27,7% en 2021, aunque las técnicas y auxiliares aumentaron hasta el 48,14% del personal en I+D del área.
En áreas como humanidades, ciencias sociales y médicas, las mujeres son mayoría en el personal de I+D. En ciencias agrarias prácticamente alcanzan el 50%, pero en ciencias exactas y naturales y, especialmente, en ingeniería y tecnología, su presencia es menor. Esta tendencia se ha consolidado en el periodo 2016-2021.
Según Ángela Mediavilla, "es necesario continuar implementando políticas que impulsen y faciliten el desarrollo profesional de la mujer y trabajar desde las etapas educativas tempranas para despertar su vocación en áreas científico-técnicas".