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La nueva política de morosidad propuesta por la Comisión Europea ha tenido que ser rectificada tras la oposición de los países miembros.
Esta directiva pretendía establecer un único plazo de pago de 30 días para todos los sectores económicos y obligar a las empresas a pagar los productos mucho antes de su venta.
La nueva propuesta mantiene el plazo de pago de 30 días, pero permite ampliarlo a 60 siempre que haya consenso entre comprador y vendedor. La segunda excepción afecta muy directamente a la industria de la ferretería, y permite ampliar el plazo de pago hasta 120 días para los productos de baja rotación.
El Parlamento Europeo votará la aprobación del nuevo texto, la semana del 22 de abril.