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El accidente de un barco portacontenedores que ha provocado el colapso del puente Key, de Baltimore, Estados Unidos, está suponiendo un enorme retraso logístico en la costa Este norteamericana y hace prever problemas mayores en la cadena logística que implicaría al comercio y la de ciertos productos.
El colapso del puente Francis Scott Key, de Baltimore la madrugada del pasado martes 26 por el impacto del carguero Dali, puede traer importantes reveses para la cadena logística de la zona ya que el puente bloquea de momento la salida a la bahía, no se espera que se libere el paso en los próximos días -algunas fuentes calculan 10 o 15 días para dejar libre una vía de urgencia de acceso al puerto- y no hay plazo para la recuperación completa de la vía navegable y menos para la reconstrucción del puente.
El puente Key es empleado por unos 35.000 vehículos ligeros y pesados diariamente para cruzarlo de un lado a otro. Aunque es posible el desvío del tráfico por otras rutas, algunas mercancías como las ADR sufrirán mayores retrasos por no poder emplear los túneles de la zona para cruzar el río Patapsco, con lo que su desvío también causará retrasos en estos primeros días.
El puerto de Baltimore es el noveno en importancia de los Estados Unidos con un importante papel en la logística y tráfico Ro-Ro y en el movimiento de graneles. El año pasado gestionó el movimiento de 900.000 automóviles y camionetas, por lo que ya se está diseñando el reenvío de estos tráficos a los puertos cercanos de Nueva York, Norfolk o Filadelfia.
El accidente se produce en un momento en el que los precios de flete se han moderado en términos generales, excepto los de la costa Este de Estados Unidos provenientes o con destino Asia, que se han triplicado respecto a 2019. Por esta razón, los ejecutivos de la logística global están todavía preocupados por la recesión, y señalan que están luchando contra costos más altos, reduciendo la dependencia del abastecimiento de China y planeando impulsar la inversión en África a pesar de considerar que la inversión en los mercados emergentes en general es algo más riesgosa.
Según el último análisis de Transport Intelligence Insight para el Índice Agility Emerging Markets Logistics 2024 esperan una recesión global en el próximo año, en comparación con casi el 70% de hace un año. Más del 63% de los encuestados dice que sus empresas continúan reestructurando las cadenas de suministro extendiendo la producción a múltiples ubicaciones o reubicándola en los mercados nacionales y países cercanos. China, el principal productor mundial, parece ser el más afectado: el 37,4% de los profesionales de la industria dicen que planean trasladar la producción/el abastecimiento fuera de China o reducir la inversión allí.