Revista
La automatización industrial juega un papel clave para reducir la siniestralidad laboral en España. Así lo constata un análisis realizado por Universal Robots en colaboración con Asepeyo. El análisis, que toma como referencia las estadísticas del Ministerio de Trabajo y Economía Social sobre accidentalidad laboral en 2022, constata que cerca del 30% de los accidentes laborales en España fueron causados por el sobreesfuerzo físico en el sistema musculoesquelético.
Se trata de lesiones que las soluciones de automatización industrial, entre ellas la robótica colaborativa, podrían reducir a la mínima expresión al asumir tareas de manipulación de cargas y trabajos repetitivos. De este modo, la integración de la robótica en la industria española podría contribuir a evitar hasta 160.000 accidentes laborales causados por el sobreesfuerzo físico.
Por otro lado, la automatización industrial podría reducir también de forma drástica el número de enfermedades profesionales. Según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social analizados por Asepeyo, en 2022 se produjeron 22.408 partes de enfermedades profesionales en España. Del total, más de la mitad (el 53,7%) estuvieron provocadas por posturas forzadas y movimientos repetitivos en el trabajo. Las causas más comunes fueron la fatiga y la inflamación de tendones y músculos al forzar el cuerpo con tareas físicas exigentes.
Además, Asepeyo constata que tres de cada diez partes de accidentes con baja de sus empresas mutualistas son debidos a sobreesfuerzos y trastornos musculoesqueléticos.
El impacto de la accidentalidad laboral y las enfermedades profesionales afecta tanto a la seguridad en el trabajo como a la productividad de las empresas. Según las estimaciones de Asepeyo, cada accidente laboral supone una media de 11,4 días de baja, hecho que afecta directamente sobre el funcionamiento de muchas compañías. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, cada año cerca de 400 millones de personas sufren accidentes laborales en el mundo, lo que supone una pérdida de productividad equivalente al 5,4% del PIB global.
“Al asumir las tareas relacionadas con la manipulación de cargas, la realización de movimientos repetitivos y las labores propensas a generar golpes y choques con otros objetos, la robótica colaborativa se ha erigido en una herramienta para la mejora de la seguridad laboral”, asegura Alejandro Climent, Head of Technical Support South Europe & MEA de Universal Robots.
El análisis de Asepeyo también constata que los sectores económicos relacionados con el suministro y la gestión de residuos, las industrias extractivas, la construcción y la industria manufacturera son las actividades con mayor nivel de incidencia en accidentes con baja laboral causadas por el sobreesfuerzo.
La robótica colaborativa se caracteriza por su capacidad para operar en entornos de trabajo híbridos, donde las personas y los robots actúan sin vallados. Esto ha hecho que la robótica colaborativa se haya sometido a distintos estándares de calidad y seguridad que garantizan su funcionamiento en la industria. Su implementación debe estar sujeta a una evaluación de riesgos para analizar todos los posibles escenarios de accidentes, evaluar las consecuencias que estos tendrían y la probabilidad de que ocurran, para determinar así el riesgo que suponen y las medidas necesarias para eliminarlos por completo o minimizarlos hasta un nivel que se considere lo suficientemente seguro.