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El tejido industrial del sector de máquina-herramienta se caracteriza por su alto componente tecnológico y de especialización, lo que genera importantes barreras de entrada a competidores, así como una importante presencia en sectores de elevado valor añadido.
Actualmente, España es el tercer país productor y exportador de máquina-herramienta de la Unión Europea y el noveno en el mundo, con más de 7.300 empleos directos. El 80% de las empresas del sector se concentra en el País Vasco.
Su elevado peso en exportación y su vinculación a la inversión, así como unos plazos de maduración largos, hacen que sufra más tarde los ciclos recesivos, pero que al mismo tiempo se recupere más tarde de los mismos. El sector arrancaba con perspectivas muy positivas en 2022, acumulando una cartera de pedidos que invitaba al optimismo.
La industria ha tenido que pelear para mantener la rentabilidad de los pedidos en curso debido a un entorno económico afectado por la elevada inflación, los incrementos de precios de las materias primas y de la energía, así como por las roturas en las cadenas de suministro. A todo ello se unió, a comienzos de año, la guerra en Ucrania, que tensionó todavía más el entorno macroeconómico, generando una mayor incertidumbre en los mercados y las expectativas de inversión.
En este contexto adverso, el cierre de 2022 presentó una cifra de facturación de 1.724m€, lo que supuso un incremento del +9,7% sobre 2021, superando ya los niveles prepandemia, y mostrando cierta resiliencia a la coyuntura mundial. La exportación siguió siendo uno de los puntos fuertes, con un crecimiento del +10%, hasta los 1.365m€, el mejor dato de la historia.
En cuanto a mercados, los principales destinos de las ventas en el exterior fueron Italia, Alemania, EE. UU., Francia y China. Además, los programas de inversión impulsados por el Gobierno italiano provocaron que Italia desbancara en el ranking a mercados históricos como Alemania o Francia.