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Las empresas extranjeras en España prevén una “clara mejora” de su actividad en 2021, en aspectos como inversión, plantilla, facturación y exportaciones, tras las perspectivas desfavorables de 2020. Esta es una de las principales conclusiones de la 13ª edición del “Barómetro del clima de negocios en España desde la perspectiva del inversor extranjero”. La publicación, realizada conjuntamente por ICEX-Invest in Spain, Multinacionales por marca España y el International Center for Competitiveness del IESE, recoge la valoración y la importancia que otorgan más de 830 empresas extranjeras al clima de negocios en España.
Para la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, “todos los indicadores muestran que 2021 será el año de la recuperación y el sector exterior será clave para la recuperación económica” y ha destacado que “para el Gobierno es una prioridad apoyar la internacionalización de las empresas, especialmente de las pymes, y facilitar un clima de negocios favorable para la inversión, como se contempla en el III Plan de Acción para la Internacionalización 2021-2022 que se está elaborando en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia”.
Sobre los resultados del barómetro, la ministra ha resaltado que “el 73% de las empresas prevén aumentar o mantener sus inversiones en España y el 83% prevé aumentar o mantener su plantilla”. Unos datos, “alineados con las previsiones de invierno de la Comisión Europea que señalan que España será el país de la Unión Europea que más va a crecer en 2021”, ha subrayado.
La publicación se ha presentado en una jornada que ha contado con la participación de la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez; la directora ejecutiva de ICEX-Invest in Spain en ICEX, Elisa García Grande; la presidenta de Multinacionales por marca España, Beatriz Blasco; la directora asociada del Campus de Madrid, IESE Business School, María Coello de Portugal, y la investigadora asociada del International Center for Competitiveness- IESE Business School María Luisa Blázquez.
Xiana Méndez ha destacado durante la presentación el papel tan relevante que tiene este barómetro desde la perspectiva del inversor extranjero, especialmente en un entorno mundial como el actual. “Preguntar a los agentes económicos, conocer sus opiniones y su percepción sobre nuestro clima de negocios, nos permite contar con una fuente de información con la que tomar adecuadas decisiones y adoptar medidas apropiadas que favorezcan el desarrollo de nuevas inversiones”.
Las respuestas de las más de 830 empresas participantes se han recogido durante los meses de octubre y noviembre de 2020, por lo que reflejan el impacto que la pandemia de la COVID-19 ha tenido en el clima de negocios y en los resultados y perspectivas de las empresas. Por este motivo, se ha incluido en esta edición un capítulo específico sobre el impacto de la crisis sanitaria para tratar de valorar y acotar esta circunstancia.
En términos generales, la valoración del clima de negocios en España desciende respecto al año anterior, con una puntuación media de 2,8 sobre 5, lo que significa dos décimas menos respecto a la edición pasada. Las áreas que han recibido mejor valoración por parte de los inversores han sido las relacionadas con infraestructuras, seguidas por capital humano y calidad de vida. Es positivo que, de nuevo, este año se trate en su mayor parte de las áreas más importantes para los inversores.
La pandemia de la COVID-19 y la posterior crisis económica han afectado de forma clara a las previsiones de los inversores extranjeros en España para el año 2020, si bien las empresas prevén una clara mejora en 2021 que, sin embargo, todavía no alcanzará los resultados previos a la pandemia. Las perspectivas de inversión para 2020 por parte de las empresas extranjeras en España no fueron positivas, con solo un 60% de empresas favorables a aumentar o mantener sus inversiones en España en 2020, frente al 91% del año anterior. Para 2021, el porcentaje de empresas que tienen previsto aumentar o mantener sus inversiones en España vuelve a subir, hasta alcanzar el 73%.
En materia laboral, las perspectivas han sido menos negativas -posiblemente, por el papel de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE)- y el porcentaje de empresas que tenía previsto aumentar o mantener su plantilla en España ha pasado a un 70% en 2020, desde el 87% que afirmaba haberlo hecho en 2019. Las perspectivas de facturación en nuestro país para 2020 son las que se vieron más afectadas por las circunstancias especiales del pasado año. Así, tan sólo un 36% de las empresas tenía previsto aumentar o mantener la facturación en 2020, aunque este porcentaje asciende al 69% en 2021. Finalmente, con respecto al volumen de exportación, un 75% de las empresas extranjeras encuestadas exportan a terceros mercados desde España. En 2020, un 29% de todas las empresas encuestadas tenía previsto disminuir sus exportaciones, aunque para 2021 el porcentaje desciende a un 15%.
En España se ha registrado también una caída de los flujos de inversión extranjera directa recibida, aunque no tan intensa como se ha podido observar en otros países. Según el Registro de Inversiones Exteriores del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, la inversión extranjera en España (no ETVE) en el periodo enero-septiembre de 2020, ha caído en un 11% respecto al mismo período del año 2019. Esta caída se debe principalmente al reducido volumen de IED registrada en el primer trimestre del año, en el que se concentró gran parte del impacto de la pandemia y las restricciones de movilidad.
Por el contrario, la IED productiva recibida por España en el segundo y tercer trimestre de 2020, no solo ha mejorado sustancialmente el registro del primer trimestre del año, sino que ha mejorado la registrada en el segundo y tercer trimestre de 2019. Así la IED recibida en el segundo trimestre de 2020 ha sido un 17% mayor que la recibida en el mismo periodo de 2019, mientras que la registrada en el tercer trimestre de 2020 ha mejorado en un 30% el registro del tercer trimestre de 2019. Estas cifras parecen indicar que, tras el primer impacto negativo de la pandemia de la COVID-19 y coincidiendo con la progresiva desescalada a partir de junio, los inversores han retomado sus operaciones en España.