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Los delitos en comercios se mantienen en niveles notablemente inferiores a los de antes de la pandemia, a pesar del levantamiento de las restricciones y la normalización de la actividad económica y comercial. Esta es la conclusión de los datos presentados por la Guardia Civil en el 24º Congreso AECOC de Pérdida Desconocida, que se ha celebrado en Madrid.
Según los datos del organismo policial, en lo que llevamos de 2021 se han cometido 29.659 hechos delictivos en comercios y se proyecta cerrar el año en torno a los 33.488 que se registraron en 2020. Cifras un 40% inferiores a los más de 55.000 delitos que se cometieron en 2018 y 2019. “Esperábamos que el levantamiento de las restricciones supusiera un gran crecimiento respecto a los datos de un 2020 marcado por el confinamiento y el cierre de negocios, pero la realidad es que no se ha producido un aumento y los delitos comerciales siguen lejos de lo que sucedía antes de la pandemia”, ha explicado el jefe del grupo de análisis criminal de delitos contra el patrimonio, Diego Alejandro Palomino.
En el detalle por tipología de delitos, los hurtos representan un 63% del total, mientras que los delitos de robo con fuera suponen un 33% y los robos con violencia un 2,8%. De estos, un tercio acaban resueltos por las fuerzas policiales, excepto los robos con violencia, que se esclarecen en la mitad de los casos.
Los datos expuestos por la Guardia Civil muestran que el comercio minorista es víctima de la mayoría de hurtos y de robos con violencia (49% y 54% del total de los casos respectivamente), mientras que el 33% de los robos con fuerza se producen en la hostelería.
“Necesitamos que el negocio del delincuente no sea rentable, y eso pasa por lograr la trazabilidad de todos los productos, incrementar el control de las fronteras internas en Europa, controlar también la venta de segunda mano y exponer la delincuencia organizada que se produce a través de informes y formaciones”, ha explicado el portavoz de la Guardia Civil.
El congreso también ha contado con la participación del Cuerpo Nacional de Policía, que ha analizado el crecimiento de los delitos informáticos. En este sentido, los datos policiales muestran que el malware para conseguir información de empresas representa el 35,2% de la delincuencia digital, mientras que el fraude representa el 32% de los casos y los robos informáticos un 17,4%.
El jefe de la sección de fraude en comercio electrónico del Cuerpo Nacional de Policía, Diego Palomino, también ha explicado que durante la pandemia se han identificado más de 130.000 registros de páginas web vinculadas con productos relacionados con el COVID, muchas de ellas diseñadas para la delincuencia informática.
En su discurso de inauguración del congreso, el director de Pérdida Desconocida de AECOC, Alejandro Sánchez, ha recordado que los hurtos, fraudes e ineficiencias en el comercio tienen actualmente un impacto de 1.800 millones de euros anuales, lo que equivale a un 0,8% de las ventas totales del comercio. “España está entre los países europeos con una mayor tasa de pérdida por hurto y tenemos las herramientas para alcanzar los niveles de Alemania, que está en un nivel de pérdida del 0,6%, lo que supondría un ahorro de 700 millones de euros cada año”, ha explicado.
Sánchez ha argumentado que, tras el descenso en el número de delitos comerciales que se produjeron durante los primeros meses de la pandemia por el confinamiento y el cierre de los negocios no esenciales, en este 2021 los hurtos crecen a un ritmo del 16% trimestral y apunta a que, de mantenerse ese ritmo, a final del año podrían alcanzarse los niveles anteriores a la pandemia.
Entre la tipología de hurtos y fraudes que más crecen están los vinculados con el e-commerce, que en los últimos meses ha vivido un crecimiento inesperado y que ha ido acompañado por un incremento de incidencias. “El delito de fraude informático creció un 25% en 2020 y el ligado a tarjetas de crédito lo hizo en un 28%”, ha explicado Sánchez, que ha apuntado a que, en la actualidad, por cada tres hurtos físicos que se producen hay una estafa de tarjeta.
Sánchez ha reclamado a las empresas avanzar en la ciberseguridad y en la comprensión de los datos que manejan para responder eficazmente a la “complejidad de gestión de los surtidos y de la pérdida desconocida que conlleva la digitalización”. El directivo de AECOC también ha pedido a la administración un marco normativo más eficaz en la lucha contra la multirreincidencia del hurto, que supondría “una herramienta clave en la lucha contra los delitos persistentes de las bandas organizadas”.
Una de las herramientas regulatorias que han permitido avanzar en la prevención de los delitos en los comercios es el protocolo de denuncias in situ aprobado hace un año, y que permite denunciar en el propio establecimiento a delincuentes identificados en el momento de comente un delito leve -hurto de valor inferior a 400 euros-, con el objetivo de celebrar un juicio rápido.
Una de las comunidades donde más se ha extendido el uso de las denuncias in situ es el País Vasco. En el congreso, la Ertzaintza ha mostrado que, desde la puesta en marcha del proyecto, la policía vasca ha registrado 2.000 denuncias por hurtos leves, y 489 se han gestionado a través del protocolo de denuncias in situ, con una tasa de éxito del 91% a la hora de formalizar la denuncia y de un 78% en la celebración de juicios rápidos, con un 97% de condenas.