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Durante el último año las empresas del sector industrial se han visto obligadas a afrontar dos grandes retos. En primer lugar, la crisis global de desabastecimiento de chips, que ha afectado gravemente a la producción e ingresos de fabricantes. Por otro lado, el aumento imparable de los costes energéticosha llevado a que grandes plantas industriales en España hayan decidido incluso parar su producción en algunos momentos por no poder hacer frente a los precios de la luz.
Sin embargo, la consolidación de la Industria 4.0 o la Industria 5.0 -si atendemos al paradigma propuesto por la UE-, podría suponer un impulso importante para el sector industrial durante el próximo año. Como muestra, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha adjudicado 9,97 millones de euros a proyectos para la transformación digital y la mejora de la sostenibilidad dentro del Programa de Ayuda a proyectos de I+D+i en el ámbito de la Industria Conectada 4.0 durante 2021. Esta convocatoria forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y está cofinanciada con el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea.
En este marco, Eaton analiza las tendencias en el sector industrial para el proximo año, que estarán marcadas por una mayor comprensión, formación e implementación de la Industria 4.0. De hecho los componentes ya están disponibles en gran medida: desde las metodologías de los gemelos digitales, robots como ‘commodity’ hasta unas líneas de producción digitalizadas que pueden ser monitorizadas, gestionadas y replanteadas de forma más ágil.
Cuando hablamos de la era de la Industria 4.0 es lógico pensar las cadenas de suministro deben evolucionar en la misma dirección. La pandemia ha puesto de manifiesto una realidad que lleva años fraguándose, tras décadas de deslocalización y que ha tenido como resultado un complejo entramado mundial que ofrece ventajas en cuanto a costes, pero que es frágil cuando se ve sometido a presión. Además del Covid, pensemos en la repercusión en la cadena de suministro de acontecimientos como el incidente del Canal de Suez, el Brexit o la escasez de semiconductores.
“Es el momento de reevaluar los análisis de coste-beneficio de estos sistemas, así como de que los fabricantes se replanteen las estructuras de negocio y prioricen la resiliencia. En este sentido, la resiliencia se convertirá en un valor añadido de los fabricantes, ya que permitirá ofrecer plazos de entrega cortos y seguros, así como un portfolio más amplio y con opciones de personalización”, señala Román Cazorla, responsable del segmento MOEM de Eaton Iberia.
Esta reestructuración de la cadena de suministro irá de la mano de la Industria 4.0, y de las ventajas de agilidad y coste de la convergencia OT/IT.
La preocupación por el cambio climático ha llegado ya a todos los niveles de la sociedad y la industria deberá tomar medidas al respecto. En este sentido, la oportunidad de la generación de energía in situ es una realidad y ofrece importantes beneficios a largo plazo, aunque también requiere de una gran transformación para convertir las líneas de producción, y adaptarlas al suministro de corriente continua en lugar de a la entrada de corriente alterna de la red.
“También existe una oportunidad de reducir el impacto medioambiental de la industria acortando físicamente las cadenas de suministro, ya que esto supondría una reducción de las emisiones del transporte, así como la optimización de la asignación de recursos para suministrar con mayor agilidad y eficiencia”, añade Román Cazorla.
A partir de estas tendencias en 2022 podemos esperar nuevas iniciativas y marcos que afecten al sector industrial, como sistemas de certificación del impacto medioambiental, así como un mayor impulso para atraer talento diverso, estándares abiertos interindustriales e inversiones en producción digital deslocalizada, todo ello para que la era de la Industria 4.0 se haga realidad.