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Según el informe Panorama by Kantar, que ofrece la perspectiva de la confianza del consumidor español durante el primer trimestre 2024, los consumidores dibujan una visión ligeramente más optimista del entorno económico del país en línea con el crecimiento observado en los últimos periodos analizados.
El Índice Panorama, resultado de la media de la valoración de la situación del país, situación económica del hogar y momento para realizar grandes compras, se mantiene en datos negativos pero continúa su lento ascenso mostrando una visión más optimista de la situación.
Esta visión está impulsada por la percepción de que España ha presentado una mejor evolución económica que la media de la zona euro, por el periodo actual de desinflación y por el control del precio de la energía. A pesar de ello, los focos de incertidumbre como los conflictos bélicos en Gaza y Ucrania hacen que las expectativas de mejora de los consumidores presenten cierta cautela.
Cuando analizamos la valoración del contexto económico, encontramos que la economía de la eurozona se valora mejor en el momento actual que cuando miramos al corto plazo (6 meses). Esta prudencia en el corto plazo está en línea con los pronósticos económicos, que hablan de una evolución más contenida para la economía de la Eurozona que la de otras geografías.
Más negativa es la visión de la economía española, sobre todo si tenemos en cuenta la diferencia entre la valoración actual y a seis meses. En el pasado el consumidor era más optimista respecto al corto plazo y solíamos ver valoraciones a 6 meses mejores que la del momento presente. Pero desde el año 2022, coincidiendo con los datos máximos de inflación de las últimas décadas, este optimismo se diluye y la valoración a futuro se muestra muy similar a la presente.
Ahora bien, en el primer trimestre de 2024, los consumidores muestran una tímida mejora en la valoración de la economía del país y el mismo optimismo cauteloso en sus previsiones a corto plazo que tendremos que ver si se mantienen en próximas mediciones.
La tímida mejora en la valoración de la economía del país todavía no ha llegado al hogar, y, a pesar de valorar en positivo la situación financiera del hogar, observamos una bajada respecto del anterior periodo. Los consumidores sienten que la situación financiera actual de su hogar se sigue erosionando, aunque muestran cierta esperanza en una mejora en el corto plazo, probablemente condicionada a la posible rebaja de los costes de financiación.
A pesar de todo, parece que los hogares se han ajustado a la situación económica presente y esto permite que la mayoría afronte su día a día con la seguridad de que pueden llegar a fin de mes con sus ingresos y cuenten además con cierta capacidad de ahorro: un 77% de los consumidores tiene capacidad para abordar sus gastos mensuales y uno de cada 3 dice que es capaz de ahorrar algo todos los meses.
Como ya habíamos visto en periodos anteriores, se observa un claro gap entre la percepción de la evolución del desempleo general y el riesgo de pérdida del propio empleo.
No hay variaciones en las expectativas con relación al desempleo respecto del periodo anterior, y un 35% de los consumidores cree que el desempleo va a crecer en el próximo año. Sin embargo, al preguntar a los ocupados, solo el 4% encuentra riesgo de pérdida de empleo.