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En el sector de la construcción en España conviven en el momento actual indicadores de diferente signo, “tal como suele ocurrir siempre que cambia el ciclo”, según explicaron los responsables del ITeC durante la presentación en Barcelona, del último informe Euroconstruct: estancamiento del consumo de cemento, retroceso de la ocupación, aumento de la afiliación, mantenimiento del volumen de cartera de proyectos de edificación de nueva planta, potente repunte de la licitación pública.
“Puesto que además se cuenta con la valiosa red de seguridad que proporciona el Next Generation EU, el sector construcción español tiene posibilidades de esquivar el retroceso que se espera en la mayoría de Europa; eso sí, a cambio de ir creciendo cada vez menos: del 3,2% previsto para 2023 la producción se iría desacelerando hasta el 1,5% en 2025”, explicaron. Pese a todo, hay unanimidad en admitir que los factores causantes del colapso de 2008 (altos niveles de producción, exceso de stock, recalentamiento del mercado inmobiliario) “no son ahora particularmente preocupantes”.
Según las conclusiones del informe, de la misma manera que el subsector de la edificación residencial es el principal responsable de la contracción del sector europeo, es también el principal motivo por el cual el sector español se mantiene en positivo. Por el momento, no se percibe una excesiva inquietud por el cambio de signo en el mercado inmobiliario. “El descenso de la compraventa se interpreta como una especie de vuelta a la normalidad: la euforia de 2021 y primera parte de 2022 fue una anomalía, espoleada por la amenaza de subidas de tipos, el ahorro embalsado y el regreso del comprador extranjero. Pese a que ya se han agotado esos vientos de cola, los promotores no han recortado su cartera de proyectos en 2022, lo cual no hace temer por la continuación del crecimiento en 2023 (2,5%)”.
Sobre lo intenso que puede ser el repunte de la promoción pública, aún hay incógnitas, pero a continuación se añade que “en un mercado con volúmenes modestos, podría desempeñar un papel estabilizador en los siguientes años, suficiente para mantener al subsector en la zona positiva, aunque no tanto como para evitar la desaceleración (2% para 2024, 1,5% para 2025)”.