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2022 ha sido un mal año para la industria siderúrgica española, seriamente afectada por los altos precios de la electricidad y el gas. “La producción cayó prácticamente al mismo nivel de 2020, cuando la COVID-19 paralizó la actividad industrial”, ha señalado Andrés Barceló, director general de UNESID. “El precio de la electricidad y el gas han causado este deterioro, dañando especialmente a las exportaciones, que cayeron en España incluso más que las ventas”, según recoge la revista Metales & Máquinas.
En referencia al 2023, “el año ha comenzado en la misma línea que finalizó el 2022”, ha subrayado Barceló. “Las previsiones no invitan al optimismo, con incertidumbres que no favorecen la actividad industrial, pero confiamos que a lo largo del año el sector siderúrgico pueda mejorar sus perspectivas para afrontar los retos futuros, especialmente la descarbonización”, ha finalizado el director general de UNESID.
La producción de acero bruto en España alcanzó el pasado año los 11,5 millones de toneladas, un 19% menos, perdiendo más de 2,6 millones de toneladas en un año.
Debido a la caída en la producción, la chatarra reciclada por los hornos siderúrgicos españoles descendió también casi el 20%, algo más de 8,9 millones de toneladas, datos incluso ligeramente más bajos que los de 2020, año de la pandemia. La chatarra utilizada equivale al 77% de la producción de acero.
En el último año se entregaron al mercado 11,9 millones de toneladas de productos siderúrgicos, lo que representa un descenso del 13% sobre 2021 como consecuencia del deterioro del mercado exterior (-18%) y del extracomunitario en particular (-28%). En España, por otro lado, la caída fue más limitada (-8,7%) tras entregarse 6,4 millones de toneladas.
La demanda de productos siderúrgicos bajó un 4% hasta los 12,4 millones de toneladas. El descenso fue más intenso en el cuarto trimestre, perdiendo un 14% con respecto al mismo periodo de 2021. Las importaciones procedentes de países no pertenecientes a la Unión Europea aumentaron su cuota de mercado, llegando al 31% del consumo aparente, el valor más alto de toda la serie.
En 2022, las importaciones españolas de productos siderúrgicos y de primera transformación descendieron un 3% hasta los 9,8 millones de toneladas, con una caída del 7% de las importaciones europeas y un incremento del 4,3% de las de fuera de la UE, que alcanzaron los 4,2 millones de toneladas (43% del total), el valor más alto de los últimos 15 años.
Al otro lado de la balanza, las exportaciones, que llegaron a los 8,1 millones de toneladas, un 14,3% menos. La principal caída se observó en el mercado extracomunitario, con un -24%.
Durante 2022, el superávit comercial se redujo un 85% hasta 102 millones de euros tras empeorar el saldo con países terceros. Si contabilizamos en toneladas no hay superávit sino déficit, que prácticamente se ha triplicado hasta casi 1,7 millones de toneladas.