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Tras alcanzar su máximo histórico el pasado trimestre, la confianza de los consumidores españoles desciende ligeramente al finalizar el verano. Así lo muestra el informe Perspectivas del Consumidor de Kantar para el tercer trimestre de 2019. Con un valor de 8,02 a finales de junio, el índice desciende hasta un 0,12, logrando mantenerse en valores positivos. Este ascenso en época veraniega y posterior decrecimiento viene repitiéndose en los últimos años, ilustrando las tendencias optimistas de los consumidores de cara a las vacaciones y la cautela una vez finalizadas las fiestas.
Según el informe de Kantar, esta desaceleración no parece significar, a priori, que los consumidores españoles vayan a cambiar notablemente su comportamiento hacia el consumo e iniciar un periodo de control de gastos. De hecho, si observamos el indicador de valoración de momento de compra, basado en la comparación entre los consumidores que opinan que es buen momento para comprar y los que opinan que es mal momento, vemos que, aunque la tendencia sigue manteniéndose positiva y estable, el dato trimestral decae, reflejando un descenso generalizado en aquellos que opinan que es buen momento comprar los 25 servicios o productos analizados.
Esta desaceleración en el índice de comportamiento del consumidor no parece afectar en gran medida a las perspectivas de empleo personales, aunque sí a la percepción del desempleo en términos globales. Como en años anteriores, el tercer trimestre del año se caracteriza por un aumento del pesimismo en relación al desempleo general en el país, con un incremento del número de españoles que cree que habrá más desempleo en los próximos doce meses, pasando del 23% al 33%. Es muy posible que, de nuevo, este dato esté condicionado por la cantidad de empleos temporales que ocurren en verano y el fin de estos contratos entre agosto y septiembre.
Por su parte, se mantiene estable el porcentaje de españoles (72 %) que creen que existen pocas o ninguna posibilidad de perder su trabajo, igual que aquellos que consideran que sus ingresos seguirán igual (58 %), aunque sí aumentan aquellos que dicen no saber cómo evolucionarán sus ingresos, seguramente a causa de la ya comentada estacionalidad laboral que se produce en verano.