Revista
El Consejo Europeo celebrado el pasado 27 de junio aprobó la 'Agenda estratégica europea 2024-2029', un plan de actuación que marca el rumbo y los futuros objetivos de la UE en el próximo ciclo legislativo donde se ha puesto el foco en la competitividad, abogando por una Europa próspera y competitiva como uno de los tres pilares de esta Estrategia, junto a una Europa libre y democrática y una Europa fuerte y segura, tal y como explica Feique. Con este plan fijado para los próximos cinco años, la UE está “decidida a fortalecer la base de nuestra competitividad a largo plazo y mejorar el bienestar económico y social de los ciudadanos”, tal y como reconoce el documento.
El pasado 20 de febrero 20 sectores industriales europeos presentaron a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen y al primer ministro belga, Alexander De Croo, la Declaración de Amberes, en la que solicitaban un acuerdo industrial europeo subrayando las necesidades industriales más urgentes para que Europa sea competitiva, resiliente y sostenible, y capaz de responder a los objetivos del Green Deal en el complejo contexto económico actual. La Declaración ya ha sido suscrita por más de 1.250 organizaciones y empresas, entre ellas, Feique.
En opinión de Juan Antonio Labat, director general de Feique: “Aunque esta Agenda Estratégica y las directrices del Consejo son muy positivas para el desarrollo y competitividad industrial, ahora es necesario bajar este Industry Deal a la realidad y que sea implementado con medidas concretas durante el ciclo institucional de la UE que está a punto de comenzar. Es importante subrayar que, paralelamente a la transición hacia los objetivos innegociables del Green Deal, Europa necesita un Industry Deal que lo complemente y lo haga posible”.
En esta misma línea, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha señalado: “tenemos que desarrollar nuestra competitividad y apoyar todas las medidas posibles para lograr una mayor prosperidad en toda la UE. Hace cinco años decidimos que la transición digital, y la transición climática debían ser nuestros motores económicos para el futuro. Queremos hacerlo de manera que apoye nuestra competitividad y nuestra base industrial y tecnológica, así como a nuestras pymes”.
La Agenda Estratégica reconoce también la necesidad de profundizar en un mercado único de la energía y crear un entorno más favorable para aumentar la capacidad de producción de tecnologías y productos de cero emisiones netas. Asimismo, anuncia que la UE invertirá en amplias infraestructuras transfronterizas de energía, agua, transporte y comunicaciones y también reconoce que, para acelerar la transición energética, la UE construirá una verdadera unión energética, asegurando el suministro de energía abundante, asequible y limpia. Esto requerirá una electrificación ambiciosa que utilice todas las soluciones de cero emisiones netas y bajas en carbono, e inversión en redes, almacenamiento e interconexiones.
En el próximo ciclo legislativo, la UE desarrollará una economía más circular y eficiente en recursos, impulsando el desarrollo industrial de tecnologías limpias, aprovechando todos los beneficios de la bioeconomía y adoptando una movilidad limpia e inteligente con una infraestructura de red adecuada.
En lo relativo al crecimiento empresarial, la recién aprobada estrategia recoge el compromiso de la UE para reducir significativamente la carga burocrática y regulatoria a todos los niveles y para simplificar, acelerar y digitalizar los procedimientos administrativos para satisfacer las necesidades de un entorno de inversión moderno, dinámico y favorable para el consumidor.
La agenda también señala una política comercial ambiciosa, robusta, abierta y sostenible que permita acuerdos comerciales justos, abra mercados de terceros países a las empresas de la UE, defienda los intereses de la UE, permita el desarrollo de cadenas de suministro resilientes y fiables, garantice una verdadera igualdad de condiciones y cree oportunidades de acceso recíproco a los mercados. Para ello, promoverá firmemente el papel central de la OMC y fortalecerá la seguridad económica, reduciendo dependencias perjudiciales y diversificando y garantizando las cadenas de suministro estratégicas.
Por último, señala que la UE cerrará sus brechas de crecimiento, productividad e innovación con socios internacionales y principales competidores, lo que requerirá de un esfuerzo de inversión colectiva significativo, movilizando tanto fondos públicos como privados, incluso a través del Banco Europeo de Inversiones.