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El Índice de Actividad de la Construcción (IAC) cae en zona negativa tanto a nivel nacional, como europeo. En el caso de España, la última lectura de -4 (frente al +2 anterior) es indicativa de una tendencia general plana o ligeramente a la baja en términos de actividad. En cuanto a Europa en su conjunto, la última información es un poco más pesimista, con el IAC cayendo a -10, desde el +5 anterior, representando la lectura más débil desde las primeras etapas de la pandemia y señalando una ligera contracción en la actividad durante el tercer trimestre. Se trata de la primera vez, desde la creación de la encuesta, que el IAC paneuropeo se sitúa por debajo del de España.
El sector residencial sigue siendo el más fuerte en términos de crecimiento, pero se espera que disminuya. Durante el tercer trimestre, un 22% de los encuestados declaró un aumento de la carga de trabajo en el sector residencial privado. Esta cifra es similar al 22% anterior, aunque es más suave que el balance neto del 45% observado a finales del año pasado. De cara al futuro, las expectativas para los próximos doce meses sugieren que, aunque se prevé que la carga de trabajo siga aumentando en todo el sector, el ritmo de incremento podría reducirse aún más.
Con respecto al sector comercial privado, el 6% de los encuestados señaló un aumento de la carga de trabajo durante el tercer trimestre, lo que supone un descenso con respecto a la cifra del 15% del trimestre anterior, de forma coherente con un perfil de actividad mucho más plano.
De cara al futuro, el indicador de expectativas privadas no residenciales a doce meses registra un saldo neto de -4%, que vuelve a ser indicativo de un estancamiento en este subsector.
En lo que respecta a las infraestructuras, el saldo neto de la carga de trabajo actual (-3%), así como la lectura de las expectativas a doce meses (-10%), apuntan a una tendencia generalmente débil en todo el sector.
Una gran mayoría de los participantes en la encuesta siguen citando los costes de los materiales (92%) y la disponibilidad de los mismos (85%) como un factor que obstaculiza la actividad en el mercado de la construcción. Del mismo modo, el 81% y el 87% de los encuestados citan las dificultades para conseguir mano de obra general y trabajadores cualificados, respectivamente. En todos los casos, estas presiones no han mostrado ningún signo real de alivio durante el tercer trimestre.
“A estos problemas, el informe suma dificultades añadidas como las restricciones financieras”, señala Alfredo Sanz, presidente del CGATE. “Con la perspectiva de un mayor endurecimiento de la política monetaria en un futuro próximo, este problema podría verse exacerbado en un futuro cercano”, explica.
Expectativas de empleo estables
En el tercer trimestre, el saldo neto de la evolución de los efectivos se situó en un -4%, lo que indica una tendencia ampliamente estable del empleo. Además, la serie de empleo prospectivo (que mide las perspectivas para los próximos doce meses) también registró un saldo neto del -4%. “Estos datos sugieren que es poco probable que haya un cambio significativo en los niveles generales de empleo en la industria de la construcción, aunque los riesgos parecen estar orientados a la baja dada la perspectiva macro más negativa para 2023”, explica Sanz.
Para los próximos doce meses, el 37% de los encuestados espera ahora un deterioro de los márgenes de beneficio, frente a una lectura de -25% en el segundo trimestre. Las previsiones de los costes totales de la construcción se revisan ligeramente al alza durante el tercer trimestre, mientras que las de los precios de licitación se mantienen sin cambios. Por lo que respecta a los costes, las previsiones de inflación de los materiales aumentan ligeramente, mientras que las previsiones de costes de la mano de obra cualificada también seguirán creciendo.
“Como resultado de todos estos hechos que señalan los encuestados, la diferencia entre la serie de precios de licitación y la de costes se amplió, aunque sólo ligeramente, lo que explica el nuevo debilitamiento de la serie de expectativas de márgenes de beneficio”, finaliza Alfredo Sanz.