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Actualmente, la transformación digital está generando mucho ruido y tensiones en las organizaciones, generando debates sobre cómo se ha de llevar a cabo, quién ha de liderarla y cuáles son los roles de los directivos. El Instituto de la Economía Digital de ESIC Business & Marketing School (ICEMD) ha realizado el estudio “Una transformación digital incompleta” concluye que la empresa española está caminando hacia una transformación digital incompleta y cuáles son las principales trabas de la transformación digital en el universo empresarial en España.
El estudio ha sido realizado por los profesores de ICEMD Michael de José Belzunce y David Aguirre, junto a la colaboración de CIONET, itSMF y Penteo. El análisis parte de una encuesta detallada a 70 directivos de grandes empresas españolas con una facturación anual superior a 74.000 millones y con más de 240.000 empleados.
Las empresas españolas identifican la oportunidad del impacto positivo a corto plazo que proporcionan las tecnologías digitales, y están lejos de entender su potencial disruptivo. El estudio apunta que muchos directivos consideran que la transformación digital es simplemente una revolución tecnológica. Según ellos, su importancia radica en el impacto en la productividad, las reducciones de costes y los nuevos productos que pueden crearse basados en los mismos. “Este concepto, bastante extendido, resulta minimalista y aunque tiene un impacto positivo en el negocio, resulta limitado, cortoplacista y se refleja en los objetivos que las empresas persiguen con la transformación digital”, aseguran los responsables del estudio.
El ritmo de cambio de los consumidores es un reto para la empresa, que debe reducir sus ciclos de innovación y acelerar el ritmo de lanzamiento de nuevos productos
Según los directivos, con la transformación digital, las empresas quieren incrementar ventas con una mayor y mejor presencia en canales digitales, reaccionar lo más rápidamente ante las nuevas demandas de los clientes, fidelizarles mediante la mejora de la experiencia de usuario, adelantarse o defenderse de una disrupción en el sector, reinventarse y crear nuevos canales de venta. El análisis concluye que el cliente está presente en tres de los motivos más mencionados: reaccionar rápidamente a la demanda, aumentar ventas y fidelizar a los clientes.
Lo que más preocupa a los directivos es la velocidad de reacción al cambio: no solo es el motivo más citado (82%), sino el más valorado como crítico para la empresa (un 42% de menciones, casi el doble que el resto de las menciones que han sido valoradas como crítico). Estos datos parecen reflejar una clara conciencia de que el ritmo de cambio de los consumidores es un reto para la empresa, que debe reducir sus ciclos de innovación y acelerar el ritmo de lanzamiento de nuevos productos, según indican los responsables del análisis.
La transformación digital es un proceso de cambio que afecta a toda la organización
“Las empresas españolas están lejos de entender que la transformación digital es sobre todo una oportunidad de disrupción, quedándose en la superficie de las posibilidades que ofrece la convergencia de las tecnologías digitales para innovar”, concluye Joost van Nispen, CEO y fundador de ICEMD.
La transformación digital es un proceso de cambio que afecta a toda la organización y cuyo éxito “requiere no sólo de la incorporación de nuevas tecnologías sino –y esto es más difícil de gestionar y controlar- de cambios en actitudes y comportamientos al nivel de toda la organización”, apuntan. Los directivos afirman que un 54% de las organizaciones cree que la transformación digital es un cambio profundo que afecta a toda la organización, un 29% piensa que es aprovechar las nuevas tecnologías digitales y el 18% restante una forma de responder a los nuevos hábitos de los consumidores.
En procesos de cambios fuertes- como es el caso de la transformación digital- son, en último término, las personas las que marcan el éxito o el fracaso de su implementación. Concretamente, son sus actitudes y comportamientos los que determinarán en el éxito organizativo de un proceso de cambio. Si el cambio es radical, las personas tienen un gap medio en su nivel de competencias emocionales del 78%. La neurociencia y la inteligencia emocional trabajan el cambio en las personas desde dentro hacia afuera y combinando este enfoque con un método de gestión de cambio se consiguen los mejores resultados.
El 88% de los directivos consultados consideran que el presupuesto destinado a la transformación digital en la empresa es la principal barrera para la transformación digital
Por todo ello, la gestión de las personas se erige como uno de los aspectos clave para conseguir esta evolución. A tal fin, los autores destacan tres metodologías (ADKAR, Kotter y Dale Carnegie). Las tres tienen un enfoque global y sistémico, impulsado desde arriba, que establece diferentes fases: crear un clima de cambio, comprometer y capacitar a la organización, sostener este proceso y mantener la vigilancia.
Por otro lado, el 88% de los directivos consultados consideran que el presupuesto destinado a la transformación digital en la empresa es la principal barrera para la transformación digital. Si la transformación digital se considera algo estratégico, del que puede depender el futuro de la empresa, hará falta un presupuesto ambicioso. Sin embargo, solo el 9% de los casos confiesa estar en esta situación.
“Aun en este difícil contexto, la trasformación digital es una magnífica oportunidad para los CIOs, pero solo para los que tengan el coraje de aprovecharla”, declara Enrique Benayas, director general de ICEMD. “Tan citada transformación se apoya en la tecnología, pero lo que se transforma es todo lo demás; en dicho proceso de cambio todo profesional ha de encontrar su nuevo lugar. Cambia todo su entorno, necesita apoyarse en él para llevarlo a cabo y es, paradójicamente, en este mismo entorno donde cree encontrar las principales resistencias para dicho cambio. Antes de cargar contra el resto de stakeholders, para resolver dicha paradoja y dar más consistencia a su función, el CIO debería empezar por transformarse a sí mismo”, añade.