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Cada vivienda madrileña gastará este año 750 euros en obras de mantenimiento y mejora, es decir, un 1,85% más que en 2018, según datos del Observatorio 360 de la Reforma publicados por Andimac, la patronal de la reforma. Asimismo, prevé que el volumen de negocio del sector de los materiales de construcción para la reforma escale este año en la Comunidad de Madrid un 2,6%, hasta los 2.265 millones de euros.
No obstante, la patronal ha tenido que corregir a la baja sus previsiones iniciales, después de que el rechazo de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) pueda bloquear las ayudas que contempla el Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, que por primera vez recoge fondos para las reformas interiores de las viviendas, y no sólo para la rehabilitación exterior de los edificios.
Por ello, teniendo en cuenta que las comunidades autónomas participan en la cofinanciación del Plan como competentes en la materia, pide acelerar la puesta en marcha de las ayudas, que podrían publicarse este mes y convocarse en abril, aunque actualmente se encuentren en fase de tramitación administrativa para aprobar la Orden por la que se establecen las Bases Reguladoras para su concesión.
Es decir, se convocarían un año después de lo anunciado, lo que dejará su impronta en un sector que necesita revitalizarse para lograr los compromisos medioambientales que España ha adquirido con las autoridades comunitarias y rejuvenecer un parque inmobiliario en el que cerca del 80% de las viviendas en la Comunidad de Madrid tiene 20 años o más.
Por ello, la Asociación anima a la Comunidad a facilitar a los hogares el acceso directo a unos fondos de los que podrían beneficiarse más del 86% de las viviendas madrileñas: 1,9 millones de las casi 3 millones que integran el parque inmobiliario autonómico.
De forma paralela, otra línea de ayudas abierta es la que incluye el Plan MAD-RE para impulsar la regeneración de la ciudad. Pues bien, la convocatoria de 2018 tiene dos plazos, y el segundo de ellos abarca el último cuatrimestre de este año, pudiendo alcanzar los fondos los 100 millones de euros.
Estas ayudas también contribuirán a que edificios y viviendas se ajusten a los nuevos estándares de la edificación sobre condiciones térmicas y energéticas, especialmente importante tras la aprobación del ‘Paquete de Energía y Clima’, que desgraciadamente no incide en la contaminación que generan los edificios, quienes -como grandes ‘depredadores de energía’- causan hasta un 40% de las emisiones que se registran en las grandes ciudades.
La dinamización del sector de la reforma pasa por impulsar una serie de medidas de corte fiscal, como recuperar la deducción de IRPF por rehabilitación de vivienda habitual en el tramo estatal y autonómico –que se eliminó en 2013-, lo que podría favorecer a unos 200.000 hogares y serviría para aflorar buena parte de la actividad sumergida que persiste en el sector. Otra medida efectiva sería la rebaja del IVA de los materiales al 10%, tal y como tributa la mano de obra, puesto que contribuiría a que los hogares ahorraran 2.000 millones de euros en reformas.
Al mismo tiempo, es importante seguir impulsando la figura del asesor técnico en reforma, así como la creación del Código Técnico de la Reforma (CTR) que, al igual que el Código Técnico de la Edificación (CTE), marque las pautas por las que debe regirse la reforma desde el punto de vista técnico y constructivo y cubra el vacío que deja el CTE, que únicamente se dirige a la vivienda nueva.