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Según el Informe Perspectivas del Consumidor de Kantar, en el segundo trimestre de 2019 el índice de Comportamiento del Consumidor continua en ascenso hasta llegar a máximos históricos. Con un valor de 8,02, el índice alcanza, a finales de junio, el punto más elevado desde que comenzó su medición a mediados de 2008.
El índice se obtiene de la media de valoraciones de la situación del país, situación económica del hogar y momento para realizar grandes compras. La mejora continuada que ha visto el indicador global en los últimos meses se debe a la estabilidad y mejora de todos sus componentes, aunque destaca especialmente la mejora de la valoración de la situación del país, que cada vez se ve menos como una fuente de incertidumbre. Del mismo modo, los datos de consumo minorista reales (INE), conocidos hasta abril de 2019, refuerzan la idea de estabilización de la economía y crecimiento sostenido del consumo.
En línea con estos datos positivos, la previsión sobre la evolución del desempleo se mantiene estable en cifras similares a las del último año, con aproximadamente la mitad (49%) de los consumidores que creen que el desempleo seguirá igual que hasta ahora y la otra mitad fluctuando entre si creen que habrá menos desempleo o más. Esta fluctuación coincide también con la que hemos visto en los últimos meses en cuanto a la percepción de riesgo de pérdida del puesto de trabajo. Aproximadamente tres cuartas partes de la población (73%) continúa creyendo que existen pocas posibilidades de perder su trabajo en los próximos meses mientras que la cuarta parte de los ocupados se divide entre los que creen que existen muchas, bastantes o algunas posibilidades.
También la percepción de seguridad en los propios ingresos continua sin grandes cambios, con el 60% de la población que cree que se mantendrán en el nivel actual. Aunque aumenta un 2,7% los que creen que bajarán.
Este clima de confianza y estabilidad económica hace que de cara al verano los consumidores vean con mejores ojos compras relacionadas con la estación como pueden ser productos de ocio, que aumenta 7 puntos respecto al primer trimestre de 2019, salir de restaurantes o bares, que lo hace en casi 10 puntos, ir al cine, que aumenta en 6 puntos, o hacer viajes de fin de semana, que logra mantenerse en números positivos por primera vez en más de un año.
Por el contrario, continua la actitud recelosa a los gastos a largo plazo y compromisos financieros como sería la compra de vivienda o contratación de préstamos e hipotecas, a los que se une la compra de automóviles, seguramente por el contexto tecnológico incierto en el que se encuentra el sector actualmente.