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Leroy Merlin, de la mano de sus expertos, comparte el proceso adecuado para aprender cómo escoger el generador más adecuado para tu casa u oficina. Así que empecemos por lo más importante…
¿Qué es un generador?
Los generadores son equipos que transforman la energía mecánica en energía eléctrica. En sí, son una fuente de energía de emergencia o bajo demanda imprescindible en los momentos en los que el suministro eléctrico es inexistente o insuficiente. Para saber escoger el modelo más adecuado, hay que tener en cuenta la potencia que se necesita para abastecer de electricidad a todos los aparatos eléctricos que van a estar conectados simultáneamente. Sin olvidar que, al tratarse de maquinaria con motor, tiene que estar en un lugar con ventilación natural, sin humedades y de fácil acceso.
Según su proceso de generación de energía, los generadores se clasifican en dos:
Generadores invertir
Producen energía de corriente continua y la convierten en alterna. ¿Esto qué implica? Que la potencia es de mayor calidad -porque la alterna desperdicia menos energía que la continua-, más estable -porque no tiene distorsiones ni fluctuaciones- y segura -porque permite suministrar electricidad a aparatos eléctricos estándar o sensibles con placas electrónicas, como ordenadores, aires acondicionados, televisores, radios, etc., que necesitan que la corriente que les llega sea de calidad sin picos de tensión. Además, los generadores inverter ofrecen una garantía de energía estabilizada similar, al menos, a la de la corriente eléctrica convencional por red. La tecnología inverter evita desviaciones de tensión superiores al 1%; evitando que se provoquen daños en los aparatos con los cambios bruscos de tensión. A su vez, y un dato importante a la hora de decantarse por un modelo u otro, es que este tipo de generadores destacan por ser ligeros, de menor tamaño, lo que los hace portátiles, sumando a esto que son más silenciosos y consumen menos combustible, ya que el propio generador regula su potencia según las necesidades a la que le someta cada aparato, siendo más eficiente.
Grupos electrógenos convencionales
En esta segunda clasificación se encuentran los generadores que sirven para alimentar herramientas y máquinas -como un taladro, una hormigonera, soldadores o aspiradores, por ejemplo-. Suelen funcionar, los más comunes, a 3.500 rpm (revoluciones por minuto) y tienen un sistema AVR, como normal general, que cuenta con un regulador de tensión automático que sirve para estabilizar la corriente eléctrica y para proteger los equipos y herramientas. Sin embargo, las piezas añadidas que permiten regular la energía hacen que estos generadores pesen más y emitan más ruido que los inverter. Ahora bien, su funcionamiento se limita a un rango de entre 4 y 6 horas continuadas, ya que la refrigeración del motor se realiza gracias a un gran ventilador que lleva aire frío aire hasta el motor. Igualmente, también se consiguen grupos electrógenos de 1.500 rpm que son más potentes, por ende, también más robustos, pero con un funcionamiento que puede ser continuado, por periodos de trabajo mayores a 12 horas de uso continuo.
El siguiente paso será seleccionar el combustible necesario tomando en cuenta las necesidades de potencia y el uso del generador, sin olvidarnos del presupuesto disponible.
Gasolina: adecuados para su uso en el hogar, para autocaravanas y pequeños talleres, siempre que no se use por muchas horas y solo de forma intermitente. Entre sus ventajas destacan que es una opción de compra económica, que son ligeros, emiten menor ruido y son aptos para todo tipo de usos. No obstante, se calientan y hay que dejarlos refrigerarse cada 4 horas, aproximadamente, y tienen un mayor consumo que los diéseles.
Diésel (o gasóleo): este tipo de combustión está aconsejada para un uso intensivo y jornadas de uso prolongadas, incluso si se emplean días seguidos. Recomendado para obras y uso en el ámbito de la construcción, para alimentar maquinaria de gran tamaño. Su consumo es medio -mejor consumo que los modelos de gasolina-, y ofrece un alto rendimiento y mayor autonomía respecto a los de gasolina. Su mantenimiento es menos exigente que los de gasolina y su motor sufre menos desgaste, menor consumo y son más duraderos. Se calientan menos que los de gasolina y hay que refrigerarlos cada 9 horas, aproximadamente. No obstante, su hándicap es su mayor nivel de ruido, de ahí que suele ser el utilizado en las obras. De optar por esta opción, la recomendación es a que tanto la gasolina como el gasóleo se almacenen en bidones homologados que no superen los 30 litros.
Gas: los motores de los generadores con esta fuente de combustible pueden estar alimentados por Gas Natural Licuado (GNL) o por Gas Licuado del Petróleo (GLP) a través de un depósito. Los generadores de gas suelen ser de pequeño tamaño y usarse en el hogar y para garantizar la electricidad durante eventos al aire libre de corta duración. Entre sus ventajas destacan el poco ruido que emiten y que es la opción más respetuosa con el medio ambiente.